Con la presencia de Carlos Sorín y Hugo Colace se inauguró el Set de la sede Rocamora del Departamento de Artes Audiovisuales.
El viernes 28 de marzo se realizó la inauguración del nuevo set de la sede Rocamora, hecho a nuevo y con gran equipamiento para alentar la producción académica. Alumnos, profesores y autoridades se hicieron presentes desde temprano para celebrar la apertura de este nuevo espacio educativo que apunta a fortalecer el desarrollo artístico y profesional de los estudiantes.
El evento comenzó con la proyección de la película “Historias mínimas”. Luego, el Decano del Departamento, Marcelo González Magnasco, dio la bienvenida a los invitados: el director Carlos Sorín y el director de fotografía Hugo Colace (ADF) quienes charlaron con los presentes y compartieron sus experiencias en rodaje.
Carlos Sorín habló de sus comienzos en el cine, su formación y su particular forma de trabajar “Yo hago un cine más hecho a mano, no industrial. Y cuando hablo, hablo de este tipo de cine. La función del director comienza en el guión y termina en la edición. En mis películas yo hago el guión, dirijo y edito, sin ayudantes. La edición es el momento más íntimo. No lo puedo concebir de otra manera y para mí es fundamental”.
Contó que prefiere filmar en el orden del relato porque de esa forma se va encontrando con la película ya que lo que pasa en rodaje es maravilloso e inigualable. Y que sus películas dan para filmar de esa forma. “Incorporé, gracias a la tecnología, hacer pequeñas ediciones de lo filmado en el día que me van ayudando a llevar el rodaje y el relato. Y al terminar el rodaje todo eso lo borro. Físicamente. No de mi mente. Lo que edité en rodaje fue instrumental para el rodaje, no para la edición.”
Hugo Colace se refirió a la experiencia de hacer “Historias Mínimas” al lado de Sorín como algo “novedoso”. Un día recibió un llamado de Carlos quien le empezó a contar una historia que era la película, pero no le dio un guión. Solo Carlos sabía dónde se iba a filmar así que fue ir y descubrir.
También hablaron de lo que significa trabajar con no-actores, de como ellos se van familiarizando de a poco con el mundo cinematográfico y la convivencia que se genera entre todos. Sorín contó una anécdota muy particular del rodaje de la película “El Perro”: “la escena del viejo confesando porqué va a buscar al perro sabía que era difícil para un actor, más para un no actor. Esa escena me preocupó desde el primer día. Entonces hice una trampa. Le di un texto largo para que se lo aprenda. La noche anterior le cambié todo el texto. Y él llegó a la filmación con una angustia tan grande que empezó a sufrir porque no se acordaba el texto. Y el personaje tenía que sufrir. Era lo que necesitábamos. Cruel el sistema, pero efectivo”.
Ambos sostuvieron que la mejor forma de aprender cine es ver cine y que es sorprendente que muchos estudiantes no vean cine argentino ya que, salvo que les salga un trabajo afuera, la mayoría va a trabajar en este país y tienen que saber cómo se cuentan las historias acá. “Ser cinéfilos es una gran escuela”.
El evento comenzó con la proyección de la película “Historias mínimas”. Luego, el Decano del Departamento, Marcelo González Magnasco, dio la bienvenida a los invitados: el director Carlos Sorín y el director de fotografía Hugo Colace (ADF) quienes charlaron con los presentes y compartieron sus experiencias en rodaje.
Carlos Sorín habló de sus comienzos en el cine, su formación y su particular forma de trabajar “Yo hago un cine más hecho a mano, no industrial. Y cuando hablo, hablo de este tipo de cine. La función del director comienza en el guión y termina en la edición. En mis películas yo hago el guión, dirijo y edito, sin ayudantes. La edición es el momento más íntimo. No lo puedo concebir de otra manera y para mí es fundamental”.
Contó que prefiere filmar en el orden del relato porque de esa forma se va encontrando con la película ya que lo que pasa en rodaje es maravilloso e inigualable. Y que sus películas dan para filmar de esa forma. “Incorporé, gracias a la tecnología, hacer pequeñas ediciones de lo filmado en el día que me van ayudando a llevar el rodaje y el relato. Y al terminar el rodaje todo eso lo borro. Físicamente. No de mi mente. Lo que edité en rodaje fue instrumental para el rodaje, no para la edición.”
Hugo Colace se refirió a la experiencia de hacer “Historias Mínimas” al lado de Sorín como algo “novedoso”. Un día recibió un llamado de Carlos quien le empezó a contar una historia que era la película, pero no le dio un guión. Solo Carlos sabía dónde se iba a filmar así que fue ir y descubrir.
También hablaron de lo que significa trabajar con no-actores, de como ellos se van familiarizando de a poco con el mundo cinematográfico y la convivencia que se genera entre todos. Sorín contó una anécdota muy particular del rodaje de la película “El Perro”: “la escena del viejo confesando porqué va a buscar al perro sabía que era difícil para un actor, más para un no actor. Esa escena me preocupó desde el primer día. Entonces hice una trampa. Le di un texto largo para que se lo aprenda. La noche anterior le cambié todo el texto. Y él llegó a la filmación con una angustia tan grande que empezó a sufrir porque no se acordaba el texto. Y el personaje tenía que sufrir. Era lo que necesitábamos. Cruel el sistema, pero efectivo”.
Ambos sostuvieron que la mejor forma de aprender cine es ver cine y que es sorprendente que muchos estudiantes no vean cine argentino ya que, salvo que les salga un trabajo afuera, la mayoría va a trabajar en este país y tienen que saber cómo se cuentan las historias acá. “Ser cinéfilos es una gran escuela”.